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"La iniciación de un hombre: 1917" de John Dos Passos


Primera novela de John Dos Passos que recoge las experiencias del autor fruto de la observación directa que tuvo por haberse presentado voluntario en el servicio de ambulancias durante la 1a Guerra Mundial. Novela autobiográfica cuya estructura narrativa ya avanza el innovador enfoque que Dos Passos incorpora en sus relatos. Al igual que hará más adelante con "Manhattan Transfer" o con "La trilogía USA" esta novela supone un cambio de paradigma respecto a la técnica literaria usada para ahondar en el realismo social. Para empezar el protagonista ya no es una persona. Los personajes son protagonistas circunstanciales de tramas episódicas que sirven al autor para, en ese montaje polifónico, ir alumbrando nuevas voces y matices que no hacen sino hacer avanzar la trama del verdadero protagonista que no es otro que la Guerra. La diferencia entre esta novela y su gran novela "Manhattan Transfer" es que en la primera existe un exiguo hilo argumental que hace que la trama tenga cierta pulsión narrativa continua mientras que en la segunda se nutre en su exposición de fragmentos independientes, que tejen una maraña compleja de imágenes que diseccionan la gran ciudad de Nueva York. Otra novedad es que incorpora a la narración el uso de carteles de anuncios, locuciones radiofónicas, noticieros televisivos, prensa escrita o incluso referencias al cancionero popular americano, pero lo increíble es que lo realiza sin solución de continuidad, pasando los mismos a formar parte de la propia "trama" sin que el lector tenga la impresión en ningún momento de que son tachuelas externas. Esta novela recuerda a William Saroyan y a Curzio Malaparte, al que hay una alusión directa en referencia a "Kaputt". También recuerda a "El miedo" de Gabriel Chevalier o incluso, en sus partes más ficcionadas a su "amigo" Hemingway. Una última innovación que destacaría es como en todo momento Dos Passos trata de intercalar episodios de Guerra relatados de una manera cruda y fría, para lo cual utiliza una prosa directa y sencilla, con escenas de "pasillo" donde los soldados "disfrutan" de los pequeños placeres que cualquier situación, Guerra incluída, les ofrece, para lo cual utiliza una prosa mucho más cuidada, descriptiva, onírica, incluso poética. Es decir, juega con el lenguaje, o mejor dicho, lo modula, para adecuarlo a cada situación, lo que permite que el contraste y la sensación de desazón en el lector, por lo absurdo y estúpido de la Guerra, sea todavía más acuciada. Es increíble!!! El inicio es, al igual que en "El miedo" de Chevalier, un muelle donde la fiesta, la música y los vítores de alegría, embueltos en la gran bandera americana ahogan la turbación de unas pobres criaturas que saben que van camino a la muerte. Se equipara a la Guerra con La Peste porque, en ambos casos, los implicados solo piensan en salvar su propio pellejo, hasta el punto que "empatizan" con el enemigo porque, cada uno en su trinchera, tienen respectivamente sus mentes mucho más cerca del "enemigo" que de cualquier otra persona en el mundo. El soldado es víctima del hastío, del fango, del sentimiento de supervivencia, siente dolor por la muerte del semejante al que ve como padre de familia, como marido, como hermano o como hijo. Nos presenta escenas donde el soldado pasa sin interrupción por situaciones cíclicas de bombas, gas, vómitos, diarrea...y nuevamente bombas!!! Hay en su parte final una crítica directa al pueblo americano al que acusa de vivir en la ignorancia, creyéndose todo lo que les dicen, siendo esclavos voluntarios. Y acusa a su propia nación de hacer bandera de un supuesto "Idealismo Americano" que no es sino una campaña publicitaria mediante la cual las élites tratan de blanquear sus verdadero objetivo que no es otro que saquear el mundo. Se reflexiona alrededor del papel que la Iglesia y la Religión pueden jugar como entidad cuya supremacía les permite erigirse en "tiranos salvadores", que nos venden amar a Dios como objetivo alternativo al neoliberalismo desbocado. Pero Dos Passos apuesta por una Revolución post-Guerra que haga triunfar la Anarquía y el Estado socialista y ese nuevo ejército estaría formado por los soldados y obreros de todos los países del mundo, luchando contra el verdadero enemigo común...la economía de masas controlada por unos pocos. Me quedo, pese al claro componente ideológico y político nada desdeñable, con la parte más literaria, aquella en la que Dos Passos compara metafóricamente al soldado exhausto tras la batalla con el Otoño porque ambos dos yacen reposando, con aspecto de haber cumplido su misión. O las imagenes vividas de soldados conciliando el sueño, bañados en orines y enterrados en fango, que todavía llevan puestas sus máscaras de gas..mientras el estallido de los cañones a lo lejos ejercen de cortinas de fuego y las condecoraciones en sus solapas de cortinas de humo...

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