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"A este lado del paraíso" de Francis Scott Fitzgerald


Primera novela de Scott Fitzgerald en la que se narra la vida de Amory Blaine desde la pubertad hasta la edad adulta, haciendo hincapié principalmente en sus años de adolescencia y en especial de juventud tardía. Es una historia de formación, de aprendizaje y de desarrollo biológico, psicológico, social y sexual. Hay quién considera que Amory es el "alter ego" de Scott Fitzgerald ya que hay, en el relato, constantes referencias cruzadas con tintes autobiográficos: Clase social, Internados, Universidad de Princeton, 1a Guerra Mundial, problemas financieros, etc.. En cualquier caso se nos da cuenta de la educación intelectual y sentimental del joven Amory durante las primeras décadas del Siglo XX. Hijo de una familia acomodada, de padres ausentes y excéntricos, tratará de encontrar su identidad y su lugar en el mundo. Retrato de una clase social burguesa donde se nos muestra el desencanto y frivolidad de unos jovenes carentes de sueños y de metas que, desde la más absoluta indolencia, llevan una vida de fiestas, viajes, alcohol y jazz. Amory no es sino el resultado de un sistema educativo orientado, en ese estrato social, a la consecución de unos determinados objetivos, lo que dará lugar a una "personalidad generacional" donde los jóvenes moldean su personalidad en pos del logro final. No hay voluntad de formación "altruista", sólo amplitud de miras, avaricia, posicionamiento social, búsqueda de prestigio, competitividad y...Éxito o Fracaso!!! Dicen que se trata de una novela inmadura, ambivalente y sin un estilo claro y definido. Yo, sin embargo, atisbo ya en esta novela, todas las cualidades que convertirán a Scott Fitzgerald gracias a "Suave es la noche" y a "El Gran Gastby" en inmortal: prosa sencilla, poética, ilustrada y melancólica, constantes juegos de palabras que retuercen, estiran y moldean las ideas, reflexiones filosóficas eruditas que cuestionan la realidad social que le envuelven y sobretodo tramas atractivas donde el amor se convierte en el impulso vital por excelencia del protagonista. Destaca los diferentes registros narrativos que Amory, ergo Scott Fitzgerald, utiliza a lo largo de la novela: prosa, cartas y epístolas, salmos o pasajes bíblicos, poesías. Lo curioso es que cada registro No es sino el modo diferencial que tiene Amory de relacionarse con cada amor o personaje de la obra, dejando claro el autor que cada persona requiere de un discurso y unas formas diferentes y únicas. Otro aspecto que a mí me ha encantado es la figura de  monseñor Thayer Darcy, una especie de hombre sabio que ejerce de consejero, y que encarna la figura del "amigo" siempre dispuesto a escuchar. Me ha recordado la figura de Settembrini de "La montaña mágica" de Thomas Mann. La novela presenta una característica muy especial que es, en mi opinión, su ingeniosa articulación en base a las cinco mujeres de la vida de Amory. Todo nace de una "relación amorosa" y es a su alrededor entorno al cual giran las tramas, las nuevas aventuras, los nuevos aprendizajes, los miedos, las dudas,... Estas cinco mujeres siempre simbolizan el alumbramiento de un nuevo yo: Clara, Rosalind, Isabelle, Eleanor y Beatrice. Son mujeres, todas ellas, inteligentes, soñadoras, empoderadas, con las ideas muy claras, con capacidad de pensar, de decidir y de actuar, Mujeres que moldearán la personalidad de Amory y que le harán sufrir y disfrutar a partes iguales hasta convertirlo en el adulto que es al final de la novela. Todas ellas pese a haber desaparecido de su vida, seguirán ocupando permanentemente un lugar preeminente, esencial porque no somos sino el resultado del poso que todos aquellos que nos acompañaron en el angosto viaje dejaron en nuestros ajados corazones. Beatrice..la última mujer, principio y final de la novela, es su madre..el gran amor que, pese a todo y contra todos, siempre ocupa nuestro último recuerdo cuando el raudo viento arrecia y nuestro barco parece navegar a la deriva. Que la negra noche me sorprenda adormecido bajo la tenue voz de mi madre que todo lo fué...

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