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"Nada que no sepas" de María Tena


Esta novela, ganadora del Premio Tusquets 2018, nos plantea la vuelta de su protagonista, una mujer madura, al Uruguay de su infancia, tratando por un lado de alejarse de su marido con el que atraviesa una crisis de pareja, pero buscando especialmente respuestas a la muerte de su madre que fué el hecho que motivó el regreso de su familia a Madrid. En el debe de la novela situaría la trama que, pese al suspense, se demuestra fallida con un desenlace final que si bien cierra de forma clara lo ocurrido, no está a la altura de las expectativas creadas. En el haber... todo el resto. Prosa sencilla pero cuidada con una estructura narrativa impecable (recuerda a Luis Landero pero sin la hondura de éste). Esta historia gira alrededor del recuerdo, de las secuelas, de las historias de amor pasadas, de las amistades que "aparentemente" mueren. Es maravillosa su forma de evocar sus recuerdos de niñez, anclados para siempre en su cabeza, fruto de esas voces nocturnas que se colaban de manera involuntaria en su mente a través de las paredes de su cuarto. Esas conversaciones nunca nítidas escuchadas en duermevela dejaban margen a su intuición hasta el punto de plantearse al despertar si eran reales o fruto de su fantasía, sueños al fin y al cabo?. Era como "saber y no saber a la vez". La amistad ocupa un lugar preponderante en este relato y en especial los secretos que los grupos de amigos comparten y siguen sin desvelarse a pesar del paso de los años. Pero lo mejor es la capacidad de Maria Tena para narrar el amor y sus derivadas. Es sublime cómo relata el miedo a perder a la persona amada, las primeras sospechas, las mentiras compartidas, la desconfianza y pérdida de autoestima de quien lo sufre, los murmullos y falsos silencios de quienes observan desde fuera los inicios de la infidelidad, las miradas esquivas de incomprensión y los celos. Del mismo modo tiene una sensibilidad capaz de mostrar cómo ese mal llamado "amor adúltero" puede contener pasión, ternura, caricias, cuerpos ingrávidos, amor desbocado, en definitiva amor verdadero pese al contexto en el que se desarrolla. Me quedo con dos reflexiones que se repiten constantemente en el libro y con las que estoy muy de acuerdo. La primera es la importancia de los "abrazos", verdad Silvia ? y la segunda el hecho indubitado de que las personas a las que uno ha querido tanto ( amores o amigos ) te siguen interesando e importando siempre...porque "Nada termina nunca del todo", ni siquiera con la muerte.

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