Con "Insert Coin", Aureli cierra una trilogía del mismo título que componen además "La geometría del círculo" y "98 Octanos". Me detengo en su título porque, aún desconociendo si su intencionalidad se corresponde con mi valoración, me parece que es un término genial capaz de definir a toda una generación, la nuestra. Anglicismo que aparecía en las máquinas de Videojuegos, Arcades y Recreativos de los años 80 y 90 cuando "se te acababan las vidas" y necesitabas una nueva moneda para continuar jugando. Es un término que engloba la finitud de la "vida", el inglés como idioma mundial del futuro y la irrupción de lo tecnológico...Y especialmente define el devenir de cualquier ser humano que no es otro que el de sobreponerse al fracaso continuo. Si la partida se acaba habrá que echar otra moneda y seguir viviendo, no?... "All the rest is Silence" que diría Hamlet. La contraportada (la Editorial entiendo) define tanto a "Insert Coin" como a su predecesora "98 Octanos" como una "Perífrasis de lo patético: NO una sátira..." y se da la circunstancia que en la misma contraportada de "Insert Coin" se incluye una reseña de Carlos Zanón donde dice textualmente: "¿Qué es 98 Octanos? Una sátira que no llega a feroz...". Me parece uno de los mejores motivos y puntos de partida parar leer esta novela...el hecho de que la propia Editorial y la Crítica no se pongan de acuerdo en lo que es...Es una sátira? Quién lo sabe.... Es más, que importa. El inicio de la novela es ya una declaración de intenciones: Jonás, personaje que comparte protagonismo con Arturo Saenz, anuncia el fin de la "Educación" (o por lo menos de la consideración y valoración que se tiene de ella y de sus titulaciones) centrándose en la propia Muerte de la Filosofía... Es aquí donde, en mi opinión, se plantea uno de los primeros grandes ejes alrededor de los cuales pivotan las historias de sus protagonistas..."El sentirse perdido" independientemente de la edad que tengas (seas un joven licenciado como Jonás o un profesor ya maduro como Arturo Saenz). Personas que, por diferentes motivos, acaban sin saber que hacer, sin saber hacia donde tirar, presas de la indignación y con una incapacidad para tomar decisiones, pero decididas a que esas decisiones no estén condicionadas ni por la obediencia ciega ni por el autoritarismo social. Es por tanto un retrato polifónico de una Sociedad postadolescente cuya invisibilidad, miedos, máscaras, ambiciones, etc... les han conducido a un viaje introspectivo, evaluando su situación actual y sus perspectivas de futuro, canalizando las secuelas que arrastran de un pasado que obliga a enfrentarlo y vivir, o a silenciarlo y morir....una especie de vuelta a "El Grito Silencioso" de Kenzaburo Oé. La novela está llena de "humor inglés", ácido y corrosivo, y además plantea en un capítulo la relación entre el Fútbol y la Vida (Homenaje a "Fiebre en las Gradas" de Hornby?) donde "la derrota a veces esconde más grandeza que la victoria". En otro capítulo hay una lectura irónica del mundo literario centrada en los "diferentes tipos de escritores": frívolos, apocalípticos, dolientes, canallas, sabelotodos...Se hecha de menos ponerles nombres reales a los adjetivos...jajaja... Es en los capítulos referidos al Centro Mandala donde sí se observa una sátira de una sociedad que en su búsqueda permanente de respuestas se encamina por senderos, cuando menos curiosos,...Seminarios sobre el poder terapéutico de las Nubes, Evitar contribuir al calentamiento global mediante el decálogo del Hombre verde sobre como aparearse, Aprender a alimentarse de energía vital con el Hombre que nunca come, Terapia Sexual con sexo real, etc...Todos estos cursos no dejan de ser metáforas de una Sociedad "Perdida" que se agarra a lo que sea para seguir adelante. Por último me ha encantado la escena final, a modo de "Última Cena", donde Jonás, cual Jesucristo, presenta su libro en el mismo Casino en el que hizo saltar la banca, reunido de todo aquello que le importa y que está representado por los asistentes al acto: Literatura (Libro como "personaje"), Filosofía y Educación (Arturo Saenz), Música (la Quinta Columna), Amistad (Los Inclementes), Amores pasados (Elsa-Iván) y su Familia (sus padres). Todos ello forman parte de este cuadro, retrato de una vida...El acto finaliza, en una especie de cuadratura perfecta del círculo, con un tartazo en la cara de Jonás, de mano de los Nuevos Inclementes porque a fin de cuentas....Todos somos, Jonás incluido, un poco farsantes y mentirosos y merecemos, en ocasiones, el oprobio dulce y ajeno. Gran novela. Enhorabuena amigo.
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