Novela que narra la amistad entre dos familias de oligarcas rusas del S. XIX. Los terratenientes de ambos latifundios acaban enemistándose por una supuesta afrenta al orgullo lo que provoca que el más poderoso, el general Kirila Petrovich, haga uso de sus amistades, y en base a mentiras, falsos testimonios y argucias legales, consiga que la Justicia le adjudique a su persona tanto las tierras como los esclavos de su anterior amigo Dubrovsky, quien tras escuchar la sentencia, sufre un ataque de locura y acaba postrado en cama, preso del delirio, abatido, sin ánimo y sin apenas fuerzas. Este hecho provoca el retorno del hijo pródigo, el joven Dubrovsky, cadete y oficial de la guardia de caballería. Éste asiste a la muerte del padre y, antes de ser desahuciado, huye a las montañas junto a sus siervos más leales, no sin antes prender fuego a su propia Hacienda con los funcionarios de justicia atrapados en su interior. El joven Dubrovsky se convertirá en el bandolero Dubrovsky que irá vengandose uno a uno de todos los terratenientes de la comarca de rancio abolengo que durante décadas han sometido al pueblo bajo el yugo del autoritarismo más arbitrario. El bandolero Dubrovsky, haciéndose pasar por un precepto francés de nombre Desforges, entrará al servicio del general Kirila Petrovich como educador de su hija adolescente Marsha, que acabará enamorada de él. Desforges o Dubrovsky no consigue evitar el matrimonio de conveniencia entre Marsha y el Principe Veresky pero trata de ofrecer la libertad a Marsha, a la cual ésta renuncia por no contravenir el juramento realizado ante Dios. Dubrovsky huirá renunciando a ver cumplida su venganza. Esta novela, escrita en modo cuento, es una parábola en cuanto a la forma pero que curiosamente deja al lector con un final "abierto" que evita de manera intencionada la moraleja final. Pushkin fue uno de los grandes precursores de la literatura rusa moderna y desde siempre ha sido considerado el poeta y novelista del pueblo por su prosa sencilla y clara, por su temática costumbrista y por su defensa enfervorizada del espíritu y carácter del pueblo ruso. Esta historia es una crítica clara a la autocracia y feudalismo todavía presentes en la Rusia del S. XIX, donde además se pone de manifiesto la corrupción administrativa, institucional y política de un país en manos de las grandes fortunas. La prosa es tan precisa que sin apenas esfuerzo recrea constantemente vívidas imágenes capaces de trasladar al lector al lugar de los hechos. Los episodios en los que se relata, en tono descriptivo, las imágenes del hogar en los ojos del cadete Dubrovsky en su vuelta a casa, así como todo lo que rodea el entierro del padre son dos claros ejemplos de como con muy poco se puede evocar mucho. El bandido Dubrovski simboliza el héroe romántico, que como si de una novela de caballerías se tratara, clama venganza en defensa de un pueblo oprimido y vejado, blandiendo su espada contra "molinos de viento" sin desfallecer en su intento de cambiar el mundo. Es ya en la fría noche cuando el cansancio arrecia y la muerte asoma cuando el sueño utópico de cambiar el mundo se desvanece en la bruma...
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