"Los Siete Locos" de Robert Arlt

Esta maravillosa y loca novela de Robert Arlt editada en 1929 nos narra la historia de Erdosain, un desolado y angustiado trabajador que, acuciado por las deudas y desesperado en su soledad, decide unirse a un grupo de locos que plantean la creación de una sociedad secreta cuyo objeto no será otro que romper con el orden social establecido y llevar al pueblo a la revolución existencialista que rompa con los moldes económicos, sociales y morales imperantes. Esos seres "perdidos" se cuestionan el mundo al que ven como una sociedad vil, cruel, fría y al servicio del capitalismo. El hombre es pasto de sus propias decisiones y se nos muestra vulnerable y frágil, al servicio de una sociedad que él mismo creó pero que, en su desarrollo posterior, acaba por regirse por sus propias normas y que se ha vuelto en contra de aquellos que la diseñaron. La novela cuestiona el orden universal al que tacha de injusto y de sinsentido y que aboca a todo aquel que se lo plantea a un delirio y vacío del que no se sale sino es mutilado y maltrecho. Salir indemne del monólogo interior está al alcance de muy pocos. Esta novela que podría encuadrarse en las muchas novelas existencialistas con tintes metafísicos y filosóficos, tiene algo muy especial y es lo que la diferencia y encumbra con respecto a todas aquellas que se quedan en el mundo de las "ideas" y es la capacidad de Robert Arlt de crear una historia narrativa fantástica que hace que todas las bases o ideas de fondo queden ensombrecidas por los personajes y sus tramas. Robert Arlt nos invita a adentrarnos en un mundo de personajes canallas que a la vez no dejan de ser soñadores e idealistas empedernidos. Todos en su desorientación toman decisiones a veces crueles, a veces mágicas, a veces lucidas, pero siempre las adoptan, en teoría, para alcanzar sus propósitos suprapersonales. Lo curioso es que la forma que planean subvertir la estructura social imperante no es sino creando una red de burdeles distribuidos por toda Argentina, donde se explotan a las mujeres, que serán la fuente de financiación de las Escuelas estables de formación de futuros revolucionarios. Pero además para hacer frente a los primeros gastos necesarios deciden llevar a cabo el secuestro del primo "acaudalado" de Erdosain. Todo es una bendita locura que provoca situaciones y conversaciones hilarantes e irrisorias de las que el lector disfrutará enormemente. Robert Arlt nos "regala" ideas geniales como la del "desvanecimiento lúcido" que actúa de anestésico ante el dolor interno, o la "longitud de destino" que es como si el ser humano fuera capaz de adivinar, mediante un instinto misterioso, qué le ocurrirá más adelante y es uno mismo quién toma determinadas decisiones para que, en un futuro, su vida "ya vislumbrada" se transforme y renueve, y termine encauzada por el camino adecuado y previamente decidido. Otra ensoñación de su protagonista es como dejar de ser "nada" y la historia nos demuestra que se puede pasar de "desdichado" a "enemigo social" con sólo una acción. Uno es capaz de reafirmar su existencia mediante el uso del "mal". La trama se organiza en tres partes. La primera nos habla del "mundo ideal" que se pretende lograr y los medios que se utilizarán. La segunda se convierte en una novela policíaca que narra el secuestro y derivadas y la última y tercera parte se convierte en una novela psicológica que nos muestra a modo de monólogo interior las motivaciones que provocaron el horror que condujo a sus protagonistas a la toma de esas decisiones. Esta estructura narrativa invertida hace que las motivaciones "internas" queden escondidas hasta el final y que el lector pueda "elucubrar" sobre porqué esos personajes que se convierten en entrañables actuaron como lo hicieron.  Como juego final y con la voluntad de homenajear al propio Robert Arlt me sumo a su sorprendente demencia creando mi propia sociedad secreta. Mantengo ocultos mis propósitos finales y las motivaciones internas que me conducen a tal actuación, pero adelanto que todo nuestro devenir estará marcado por la voluntad de reírnos de todo y de todos. Aprovecho ya para emparejar a los integrantes de mi "banda" con los personajes del libro de Arlt. Me atribuyo, si no os importa, el papel de Erdosain porque sería incomprensible no ser el protagonista de mi propia novela. Mi amigo Fernando será el "Astrólogo", amigo de Erdosain e ideólogo de toda la organización secreta y conspiranoide y, a la vez, regente de los burdeles y prostíbulos (no presupongo, Dios me libre!!!!, conocimiento alguno sobre la materia pero un Argentino siempre es capaz de adaptarse a cualquier situación por sorprendente y novedosa que ésta sea...). A Silvia le reservo, como no podía ser de otra manera, el personaje de "Elsa", la sufrida y enamorada esposa de Erdosain, que sufre, en silencio, las locuras de su compañero pero que en el fondo no es sino la "impulsora" y "catalizadora" de todas las decisiones de su marido. Ella es sin duda el origen de todo, el principio del fin, el fin de todos los "principios" de Erdosain, ergo míos. Pascual sería "El rufián melancólico" (el Apodo a mí me enamora) que actúa como asesor de "el Astrólogo" en su red de prostíbulos (en este caso creo que Pascual podrá, gracias a sus muchos contactos, aconsejar desde su despacho situado a la ladera del río al estilo "El Padrino"...sería nuestro Marlon Brando, el "Vito Corleone" de nuestro historia). Aureli te he reservado el papel de "Ergueta" que es el amigo de Erdosain que sufre de delirios místicos que le llevan a enloquecer.  Eres el "filósofo" del grupo, el más capacitado para hacernos "trascender" (Sé que, desde tu "irracionalidad Nietzschiana" nos conducirás a romper con la inmoralidad aparentemente inmortal de la ética tradicional). Claudia sería nuestra "Hipólita, la coja", la esposa de Ergueta, que pide ayuda a Erdosain cuando su marido enloquece. Pero además, como "reina amazona hija de Ares el dios de la Guerra", siempre simbolizarás en nuestro comic utópico, el personaje poderoso y valiente, que aparece en la saga "Wonder Woman". Por último, si no me he descontado, llegamos al loco siete...y me falta Berta, mi querida Berta. Te he reservado un personaje muy especial, que espero colme tus aspiraciones. Serás la narradora, nuestra voz, nuestro Robert Arlt. Serás, al final de los días, y una vez todo acabe y todos nosotros no seamos sino el recuerdo de "otros nuevos" que vendrán, quién pongas música a nuestra historia, la historia de los siete locos a los que el destino unió para siempre. El epílogo final de nuestro viaje conjunto será tu voz susurrando al viento ...."Lo que construimos se acabó,  lo que construimos se acabó,...fué sólo nuestro, fue sólo nuestro...".