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"Boquitas Pintadas" de Manuel Puig

Leer a Manuel Puig y en especial este "Boquitas pintadas" es todavía hoy, cincuenta años después de su publicación, un soplo de aire fresco frente a la literatura clásica de ayer, de hoy y de siempre. Sólo los genios son capaces de remar en la dirección opuesta a la del viento social que todo lo barre y lo pudre. Sólo los genios, disfrazados de niños "irreverentes", son capaces de empecinarse, erre que erre, en sus ideales y, pese a la crítica constante y generalizada, caminar con paso firme y en soledad, en pos de lo "desconocido". Esta obra retrata las pequeñas miserias de su pueblo natal "General Villegas" y en especial la historia de Juan Carlos Etchepare y su relación "amorosa" con tres mujeres distintas. La novela parte de la muerte por tuberculosis del Donjuan Echepare y rememora su relación con Nené, a través de las cartas que la propia Nené escribirá a su madre a raíz de tener conocimiento de su fallecimiento. La historia también nos retrata sus relaciones "apasionadas" con Mabel así como sus escarceos con la viuda Di Carlo. Además cobra mucha importancia la figura de su hermana Celina que ejerce el papel de "voz de la conciencia" desde su posición de solterona incólume. Es una novela que rompió con las reglas de la ficción literaria imperante en el momento del Boom de Escritores latinoamericanos porque no sigue la línea marcada por los "totems" consagrados de la literatura en castellano. Es por ello que fue ninguneado por los "clásicos" Borges, Onetti, Vargas Llosa, Márquez, etc... que consideraban que sus libros adolecían de la "marca de autor" que ellos consideraban imprescindible. Manuel Puig en esta novela nos brinda un retrato polifónico de su "realidad", de la realidad que le oprimió y que consideraba embrutecida por el "autoritarismo" reinante y por un "machismo" social establecido y normalizado. Estas Voces de la cotidianidad, inspiradas en sus vivencias de joven, son fruto de su capacidad de observación incansable y de su habilidad para retratar fotográficamente el instante. Manuel Puig siempre fue un enamorado del cine y en parte, su forma de escribir, no deja de ser una vuelta al "neorrealismo italiano" del cual era un ferviente admirador. Trató de poner en primer plano a los protagonistas hasta el punto que "la voz del narrador" queda difuminada, se pierde, deja de tener importancia, permanece, en el mejor de los casos, oculta y es en parte, gracias a ese "abandono voluntario del autor" que sus personajes se muestran verdaderos porque no hay "tamiz del escritor" que los purgue ni condicione. Además no sólo da voz a esas personas "olvidadas" sino que los pone en valor porque no trata en ningún caso de parodiar sus actitudes, ni juzgarlas, sino que encumbra lo "popular", lo "tradicional" lo maravilloso de su quehacer diario. La estructura narrativa es otro de los aspectos innovadores y únicos de esta novela. Como si fuera un artesano Manuel Puig teje una tela de araña a través de epístolas, conversaciones telefónicas, artículos periodísticos, salmos, monólogos interiores e incluso esquelas mortuorias. Se dota de todo ello para ofrecernos un diálogo directo entre los protagonistas y con el propio lector al que interpela en ocasiones sugeriéndole interpretaciones alternativas a lo ocurrido y narrado, instándonos a "avanzarnos" a la propia novela y plantearnos posibles motivaciones a los comportamientos de sus personajes, posibles alternativas en la deriva de las historias, múltiples variantes a las personalidades descritas. Sus detractores consideraron su arte como menor, por acercarse al folletín, a la radionovela, pero Manuel Puig no sólo no lo negó sino que entendió que precisamente en ese modelo estereotipado de la denostada "novela rosa" es dónde su personajes lograban mostrarse como realmente eran. Ese collage definía mejor que ningún otro los valores imperantes en su pampa natal. Nos habla de la crisis matrimonial, de la pasión y el odio, del amor prohibido, de las relaciones insanas pero "excitantes", de la hipocresía social, de los dramas y de los sentimientos ocultos. Manuel Puig articula su novela alrededor de las derivas, a veces mezquinas y a veces maravillosas, pero siempre intensas, de las pasiones amorosas. Sólo los genios, como venía diciendo, no precisan que nadie les "frote" la lámpara ni les ría las gracias, porque sus tres deseos ya les fueron concedidos hace mucho tiempo: nacer, reír y morir.

Comentarios

  1. Me ha gustado mucho como diseccionas la novela. Y que te haya gustado. Genial!

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