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"Bajo las ruedas" de Herman Hesse


Es evidente que en un paseo por la literatura alemana, por corto que éste sea, no puede faltar una referencia a quien seguramente sea, junto con Goethe, Schiller y Zweig, el autor alemán más leído tanto dentro como fuera de sus fronteras. En esta ocasión he huido voluntariamente de sus títulos más conocidos "Siddharta", "El Lobo estepario", "Demian" o "El último verano en Klingsor" y he recalado en ésta la que fué su segunda novela, "Bajo las Ruedas". Previo al análisis breve de la obra diré que Hesse encarnó el ideal contracultura, con el que miles de jóvenes de los años sesenta, setenta y ochenta se sintieron identificados, convirtiendo su figura en un símbolo de la oposición a la autoridad, los valores "europeos" dominantes y el movimiento militar imperante. Además Hesse conectó con las nuevas generaciones que encontraron en su prosa poética, idealista y con tintes orientales, una salida al clasicismo cultural, social y literario imperante. Las obras de Hesse se enmarcan en un conjunto de obras iniciáticas, de desarrollo y alumbramiento personal, que nos ayudaron a ver el mundo con unos ojos distintos, entre las cuales figurarían: "El Guardián entre el centeno", "El Extranjero","Las tribulaciones del estudiante Törless", "La Metamorfosis" o "El inmoralista". Todas ellas nos hicieron sentir especiales, comprendidos y, en parte, acompañados en un viaje vital iniciatico que sume al ser humano, como no podía ser menos, en un continuo estado de desasosiego y desafección. En esta novela Hesse vuelve a realizar un análisis filosófico y moral del Sistema Educativo desde el punto de vista de un adolescente. Su protagonista Hans Giebenrath es un estudiante modélico que vive en un pequeño pueblo de la Selva Negra en Alemania. Gracias a su alto nivel académico y a su entregada dedicación al estudio, logra, por un lado la comprensión, admiración y devoción del sistema: instituciones, profesores, compañeros y padres, y por otro lado acceder al Seminario para ordenarse sacerdote. Todo cambiará cuando Hans, de espíritu sosegado, organizado y responsable conozca a su compañero Hermann Heilner, de espíritu irreverente, poético y crítico.  Ambos dos encontrarán en el otro el complemento perfecto a sus carencias. Es entonces, cuando Hans se deja llevar por la vida, por el momento, por el placer, por la experiencia y, sin perder un ápice de su genialidad, complementa su formación intelectual con la experiencia vital necesaria. A pesar de la grandeza que esa unión profesa, sus devaneos no son comprendidos por la rigidez del sistema que trata de "enderezar" su comportamiento y "encauzar" nuevamente su singladura. El sistema rompe con esa conjugación mediante la separación de ambos lo que provocará que Hans se aísle del mundo, del sistema educativo y empeore sus notas hasta el punto de ser expulsado del seminario. Su vuelta a casa está marcada por el "fracaso social" donde sufre el oprobio de los que le rodean y que antaño le vanagloriaban. No conseguirá reconducir su existencia que será una continua sucesión de fracasos laborales, personales y amorosos. Su vida acabará mediante lo que la obra no deja claro si es una muerte por suicidio o por "desidia frente a la vida". Esta obra nos ofrece una visión de la adolescencia, marcada por la crítica a un sistema educativo que asfixia al niño, le carga de unas expectativas desmedidas, le condiciona su presente y su futuro mediante la imposición de los deseos paternos y le impide disfrutar de las "enseñanzas" y placeres de la vida. El sistema te acompaña, te mima, te valora y te protege siempre que juegues bajo sus "reglas" pero a la que el joven se deja llevar por sus intereses y su propia iniciativa, alejándose de lo social y educativamente establecido y aceptado, el mismo sistema sumirá su existencia en un vacío del que nadie, ni él mismo, podrá salvarse. El dilema moral que encierra la obra es claramente una búsqueda del "yo" que nos conduce a la conquista o no de nuestra propia individualidad como seres humanos, conquista de la que nadie está exento y que, irremediablemente, es eterna, fugaz y etérea...

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