Ir al contenido principal

"Máquinas como yo" de Ian McEwan


Sirva como premisa el hecho irrefutable de que Ian McEwan tiene el valor de reinventarse en cada nueva obra literaria. Es de agradecer que no se agarre a las fórmulas exitosas de antaño y se adentre en universos nuevos y desconocidos desde los que explorar nuevas temáticas narrativas regalando al lector siempre historias siniestras y seductoras surgidas del temblor y la inseguridad propias de lo iniciático. Esta novela nos sitúa en un Londres ficticio de 1982. La Inteligencia Artificial ha conseguido crear los primeros seres humanos sintéticos. Charlie y su compañera Miranda compran un "Adán" autómata que se incorpora a sus vidas con consecuencias imprevisibles. McEwan camina por el sendero de obras como "Un mundo feliz" de Adolf Huxley, "1984" de George Orwell o incluso "Yo robot" de Isaac Asimov, pero pone el objetivo en la esencia del ser humano, en la complejidad de los dilemas morales y en la toma de decisiones dentro de nuestra propia inconsciencia personal y social, todo ello con la figura de un nuevo actor "inhumano" y "asentimental" que ve el mundo desde otro punto de vista y que nos ofrece un espejo donde se muestran todas nuestras inconsistencias, dudas, miedos y mezquindades. Plantea los límites  de la inteligencia artificial, la capacidad de las máquinas para entender, valorar y juzgar nuestras decisiones, imagina los nuevos escenarios que la convivencia entre seres humanos y máquinas puede conllevar. Todo este complejo magma de sentimientos lo analiza a partir de diversos temas que la historia va planteando: el factor antropológico en el futuro desarrollo máquinas-hombres, las reconciliaciones padres-hijos, la forma de afrontar una violación y las secuelas derivadas de la misma, la traición y el perdón, el valor de la justicia y de la rendición de cuentas. Lo más sorprendente y enigmático es el contexto donde se desarrolla la acción. Es un Universo distopico o utópico ( no tengo clara la verdadera intención del autor), donde tories y laboristas intercambian sus papeles, donde Inglaterra perdió la Guerra de las Malvinas o incluso donde el Primer Ministro es asesinado por el IRA. El mundo en declive afronta el final de sus días como lo conocimos desde una visión trágica shakesperiana. Esa duda existencial es recogida y resumida en la figura de un autómata que,  a pesar de haber nacido artificial y racional, es arrastrado por los sentimientos más mundanos y que como Hamlet se acaba planteando si es preferible <<Ser o No Ser>>.

Comentarios

  1. Muy interesante, como todo lo que hace este hombre. Me la leeré a ver si me atrapa como a tí.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario