Una escritora de sesenta y cinco años nos cuenta la historia
de sus años de juventud en Nueva York. En los ochenta, con veinte años y llegada
desde el interior de Estados Unidos, intenta escribir su primer novela mientras
le van ocurriendo cosas sobre las que años después reflexiona. Se apoya en un
diario que escribió en aquellos años y que ahora encuentra en la casa de su
madre que está perdiendo la memoria y a la que visita de tanto en tanto. Ella
es una mujer madura, casada con un buen hombre, tiene una hija y sigue viviendo
con cierta holgura en Nueva York.
La novela es también o sobre todo, una excusa para evidenciar
las barreras y humillaciones de género que sufrió, conoció y a las que se
enfrentó en aquellos años, pero también antes y después, y que ahora observa desde
la perspectiva que le dan los años; por momentos con
desazón por lo poco que han avanzado las cosas en ese aspecto en su país
hasta llegar a nuestros días con un personaje inescrupuloso y machista como Donald
Trump de jefe del estado. La condescendencia de su amado padre, los
aleccionadores discursos y la violencia de algunos pretendientes o la
escalofriante historia de Lucy, una vecina a la que espiaba y con la que poco a
poco construyó una relación de amistad, le sirven a la autora para hilvanar un
discurso feminista preciso, coherente y muy emocional.
Siri Hustvedt es una excelente escritora y en este libro desarrolla
muy bien su oficio pero a mí no termina de cautivarme y esto per se, no es
malo.
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